David Catá, la costura del olvido y la pérdida

La primera vez que vi el trabajo de Eliza Bennet me impresionó. La artista plástica utilizaba la costura como medio para dar visibilidad al trabajo que realizamos las mujeres en silencio. Ahora me ha sorprendido el trabajo de David Catá, un fotógrafo gallego (al igual que el primero no apto para aprensivos) que utiliza aguja e hilo para fijar recuerdos sobre la piel. Catá pretende reflejar la huella emocional que dejan sus seres queridos (amigos, familiares, parejas, profesores), aquellas personas que le han marcado de alguna forma. Su obra fotográfica es un tatuaje emocional que se centra en el olvido, el dolor y la memoria.

David estudió Bellas Artes en Pontevedra. En 2010 realizó sus primeras fotografías, que ganaron el primer premio de un certamen realizado por la Diputación de Ourense. Esto le permitó ampliar sus estudios y cursar un máster en fotografía de concepto y creación en EFTI, donde también obtuvo el primer premio de su promoción. A David no le interesa el dolor físico. Le interesa el dolor emocional, ese que permanece imborrable al paso del tiempo. A David no le duele el hecho de coser sobre su propia piel. Más bien, le produce un ligero cosquilleo, un sútil escozor que se pasa al realizar otra puntada.

Segunda piel fue su primer trabajo fotográfico. Surgió de un proyecto de estudio durante su carrera. Descubrió el hilo y la aguja porque su madre cosía. En este trabajo, David utiliza un guante que se funde puntada a puntada sobre la piel de su mano. De ahí, siguió explorando en esta forma de hacer arte y presentó Cimientos, otro de sus trabajos en los que está presente el hilo, y también A flor de piel,  el trabajo que más reconocimientos ha recibido. Su hilo no es el de sutura, el que se utiliza en los hospitales para minimizar las cicatrices, fruto de golpes o heridas. Su hilo es un hilo de costura. La costura se convierte en una metáfora del dolor emocional.

A flor de piel es un diario autobiográfico en el que mi cuerpo es el soporte. Sobre él escribo la historia de mi vida. Por medio de cosidos reales realizados sobre la palma de mi mano, retrato los rostros de todas esas personas que, de alguna forma, me han marcado a lo largo de mi vida; familia, amigos, parejas, profesores… Sus vidas se han entretejido con la mía para construir mi historia, una historia que finalizará cuando me quede sin hojas sobre las que escribir.

A flor de piel, fotografías cosidas en la palma de la mano

David expresa lo que ha significado y significa A flor de piel para él. “Todas las personas que conocemos nos marcan de alguna manera. Su imagen se proyecta sobre nosotros, recordándonos de dónde venimos. Sus vidas se convierten en parte de la nuestra. Cada puntada sobre mi piel los representa. El dolor físico no es frontera, nos une más, al pensar que mi mano ha sido marcada en un acto de afecto; al pensar que en su momento mi mano ha tocado su mano.”

NOTA: Las imágenes pertenecen al artista.