Estudio Báltico, Ruth Uve

Ruth Uve, de Estudio Báltico: “El diseño tiene que generar futuro”

Ruth Uve (1978, Madrid) nos recibe con los brazos bien abiertos en su estudio. Estudio Báltico (c/ Costanilla de los Desamparados, 6, Madrid) es una especie de taller, coworking y tienda donde no hay nada al azar. La cabeza de Ruth nunca descansa. Por ella, desfila a todas horas un ejército de ideas nuevas, que ha visto en cualquier lugar. Luego les da forma y las materializa en preciosos objetos geométricos, sin perder de vista su esencia. Sus diseños son emocionales, poéticos.
A Ruth le gusta el sonido de los grillos. Su timbreante cri- cri la transporta a su infancia, llena de juegos. También le gusta bailar. Disfruta con las pequeñas cosas, como salir de cena con sus amigos o explorar un barrio ajeno. Solo la música y la lectura la apacigua. Estilista reconvertida a diseñadora industrial, fue metiendo poco a poco la cabeza, casi sin darse cuenta, en el mundo del interiorismo. Y de ahí fueron saliendo otros trabajos, hasta que decidió ampliar sus conocimientos y estudiar diseño industrial en la escuela Arte 12, fundada por Miguel Durán, hoy llamada Arte 10. Tiene múltiples referentes. Pero quizás, su diseñador fetiche es Diter Rahms, del que incluso se tatuaría su nombre.
Nada más llegar, me invita a explorar su búnker. Un precioso local con acceso a la calle que escudriño como quién busca un tesoro. Aquí se pueden encontrar objetos de diseño, artículos de papelería, ediciones de libros rara avis, zapatos y bolsos. Ruth es amable y campechana. Habla sin parar. Es mágica y risueña. Da las últimas instrucciones a su equipo, y me atiende. Me ofrece un café en una bandeja y taza de barro, realizada con una antigua técnica artesanal, el hasami, que mezcla el barro blanco, con porcelana de alta temperatura y arena. El tacto es suave y la forma circular, perfecta.  A partir de entonces, empieza nuestra charla sobre su interesante visión del diseño.

Estudio Báltico, diseño emocional

P. ¿Eres de las personas que buscan inspiración en sus referentes homólogos o prefieres no contaminar la mirada? R. Más que en el producto o en el resultado que en algún momento pueda haber hecho un diseñador concreto, me fijo en su sistema de trabajo. Cuando tienes un estudio nuevo, no tienes un sistema de trabajo definido. El mío es bastante genérico, que es el dibujo a mano. De ahí lo paso a la maqueta, al 3d, a escala 1:1 y al productor. Me gusta saber qué es lo importante o no cuando estás diseñando. Intento emular la mirada de Diter Rahms o Jasper Morrison y adaptar su forma de trabajo al mío propio. De repente saco mucha inspiración.

P. Por cierto, hablando de Jasper Morrison. El coautor de Libro Súper Normal. Sensations of the Ordinary señalaba que lo especial suele ser menos útil que lo normal, refiriéndose al diseño de objetos. ¿Qué es para ti el diseño? R. Jasper Morrison me encanta, pero lo que hace es revisionar objetos que ya existen. Por ejemplo, si tiene que diseñar una cristalería, busca cuál es la copa que mejor funciona e igual le cambia la volumetría para que tenga otra capacidad o la optimiza un poco. Su sistema de diseño es mejorar cosas que ya existen. Y a mí me parece fenomenal. Pero para mí el diseño es otra cosa. Me encantaría ser Jasper Morrison, pero obviamente no lo soy. Todavía tengo una visión bastante naif del diseño. Para mí no debería estar dividido en disciplinas. No debería haber diseño de moda, diseño industrial, diseño gráfico,… Debería haber diseño y punto. Y que cualquier persona pudiese trabajar con una misma idea sobre el mundo, en diferentes superficies, con diferentes materiales y volumetrías. El diseño tiene que generar futuro y facilitar la vida de las personas.  sino lo hace, para mí no es diseño.

P. Me parece una visión muy interesante. ¿Podrías ponerme un ejemplo?  R. Sí, claro. Ahora estamos trabajando en una vajilla que nos encargó el Centro Cerámico de Talavera. Cuando me hicieron el encargo, no me planteé qué volumen darle, qué color o si le iba o no hacer una ilustración. No me planteo hacer algo estético. Yo quiero hacer algo que va mucho más allá . Con esa vajilla, quiero contar que hay unas cantidades que para nosotros son sanas. Y que si las excedes, te estás sobrealimentando. Actualmente la sociedad lo está y esto es lo que genera enfermedades en las personas. Y hace que nosotros desaparezcamos. Para ello tiene que tener una volumetría determinada. Y tiene que caber la comida que uno necesita para vivir y estar sano. Para mí, a través de los objetos,  hay que contar cosas . El diseño debería estar enfocado hacia el hombre y el bienestar, el hombre y el descanso, el hombre y la sociedad,… .Tendría que hablar sobre esas cuestiones y no sobre sistemas más establecidos, que no permiten cambiar o mejorar la forma de hacer las cosas. El diseño tiene que ser un camino de futuro.

Estudio Báltico

P. ¿Y cómo lo hace Estudio Báltico? R. Estudio Báltico es un estudio de diseño de mobiliario y de producto , que surge en 2014. Tengo la necesidad de probar materiales, colores y formas geométricas, mostrando la esencia de cada objeto o técnica. Las geometrizaciones son muy importantes para mí. Permiten generar sistemas modulares y están tan integrados en la naturaleza, que siempre son funcionales y estéticos. Y éste es el punto de partida.

P. Hasta el momento, ¿qué tipo de objetos has desarrollado bajo el nombre de Estudio Báltico?  R. Empecé con las Schnitt, que son taburetes o mesas auxiliares de una sola pieza. Se componen de tres planos. Pero detrás de esa sencillez aparente, se esconde una intención oculta. Normalmente siempre trabajo con una pregunta de base. En 2016 me estaba preguntando qué pasa con la transmisión genética. ¿Cuánto hay de nosotros a nivel emocional de nuestra madre o de nuestra abuela? ¿Cómo se va transmitiendo esa herencia con en el tiempo? ¿Cómo nos cambian las ausencias? Y a partir de ahí nació la familia de Schnitts en diferentes tamaños para reflejar la evolución y el crecimiento humano en unas piezas de mobiliario. Este año he aprendido a trabajar con el metal y acabo de desarrollar unas piezas de estilo New Memphis, que llevé a la Feria del Diseño de Milán con Insólito Conjunto, un grupo formado por cinco estudios jóvenes, de la mano de Ventura Lambrate. Son piezas geométricas y divertidas. De forma paralela estoy desarrollando un proyecto a largo plazo sobre la memoria emocional. Es un proyecto de piezas únicas. Y también, en el estudio realizamos piezas de mobiliario por módulos, que se venden por encargo para clientes privados. Los muebles se realizan a medida y tienen la ventaja de que están adaptados a un espacio por lo que es más fácil que encajen en el sitio.

P. Tu proyecto apuesta por el consumo responsable, situando a las personas en el centro de la economía. Al contrario que otros modelos de consumo, cuyo objetivo inicial y final es generar dinero, sin tener en cuenta factores como el principio de sostenibilidad o de cooperación. Cuéntanos más sobre los valores de Estudio Báltico.

R. En Estudio Báltico las piezas tienen que tener buen precio . No pueden ser un lujo. Tienen que ser piezas que yo misma me pueda permitir. Ésta creo que es la mejor manera de luchar contra el consumo masivo, que es bastante agresivo.

No se trata de pelear para que la gente compre local, sino que todo el mundo pueda comprar. Si tu estás haciendo diseño, lo estás haciendo porque quieres mejorar la vida de la gente y porque quieres contar a la gente que lo local funciona. Si una pieza no es permisible para todo el mundo, estás haciendo economía de lujo.

Las piezas tienen que perdurar en el tiempo . No pueden estar tan sujetas a las tendencias. A mí me fascina cuando voy al Il Giardinetto, que es un restaurante que diseñó Miguel Milá en los años 60. Su diseño es exactamente el mismo desde sus inicios y todos los elementos siguen siendo vigentes. Esto es algo que me fascina.

Hay que llevar las tendencias a nuestro terreno. En mi caso, establezco una relación emocional con los objetos muy bestia . La forma de trabajar para que algo sea perdurable es buscar nuestra vinculación emocional. Y ésta es la forma en la que yo trabajo.

También, me interesan los sistemas constructivos antiguos. En España, hay unos artesanos increíbles. Y estas profesiones están tendiendo a desaparecer. Los estudios de diseño nuevos tenemos la responsabilidad de recuperar nuestra tradición artesana. Forma parte de nuestra cultura, como la música o cualquier otra disciplina artística, y lo tenemos que proteger.

Y por último,  mantener la esencia del material . No me gusta transformar un material en otro porque considero que es importante que lo que presentes sea verdad.

Estudio Báltico

P. ¿Qué significa para ti el color?

R. El color para mí lo es todo. Es un lenguaje hiperemotivo. Con una determinada cromática puedes expresar sensaciones que igual de otra manera te costaría mucho. Es el primer impacto de las piezas.

Con el color puedes enamorar, puedes desagradar o puedes hacer pensar a las personas. Habla sobre nuestra forma de ver el mundo. Por ejemplo, los estudios que se arriesgan o utilizan cromáticas enfrentadas, que aparentemente no funcionan, no quieren quedarse con lo fácil. Quieren ir más allá.

Con la cromática tenemos la capacidad de conectar mucho más rápido y de forma más asequible. Para mí la cromática es el alma de la pieza.

Estudio Báltico

P. Además del estudio de diseño de mobiliario y coworking, tienes una tienda. ¿Qué tipo de productos podemos encontrar?

En la tienda intento plasmar toda esa filosofía de diseño en la que creo. Que sea diseño democrático, utilitario y que exista un proceso artesanal o semiartesanal en su fabricación. Todos los productos son objetos perdurables, no son tendencia y tienen un precio asequible.

  • En diseño de objetos, tenemos una vajilla espectacular, realizada con una antigua técnica procedente de Tokio, que se llama Hasami. Esta técnica se dejó de utilizar hasta que una galería de Los Ángeles decidió recuperarla y aplicarla a nuestras necesidades. Se compra por piezas. Todos los platos son modulares. Ocupan poco espacio y son aptos para el lavajillas. Es el producto emblema de la tienda. Una taza cuesta 15 euros.
  • En papelería, tengo productos de Craft Design Technology´s, enfocados al diseño industrial. Tenemos tijeras para ambidiestros, que las hacen artesanos que trabajan con sables, por lo que no se van a desafilar en la vida. Los portaminas son ligeros y tienen unas curvaturas ideales para escribir. Tienen un precio asequible.
  • En cuero, trabajo con productos 100% nacionales. Los zapatos son de About Arianne, que tienen una calidad excelente, y bolsos de Ana Clash.
  • En editoriales, tengo libros especializados en diseño y arte. No son libros para consumo masivo. Son libros bien editados para profesionales. Trabajo con la editorial Lars Müller, también ejemplares de Terranova y de Asier Rúa. Esta es una sección que poco a poco iré ampliando.

P. Y la última. Sé que una vez al mes, al menos, organizas eventos. Cuéntanos un poco más sobre estas actividades. 

Una vez al mes en el estudio se realizan eventos multidisciplinares, que incluyen música, diseño y arte.

  • El primero fue sobre música. Invitamos a un tenor que hace conferencias musicadas con ópera barroca, mezclada con música ligera siciliana. Él iba explicando qué pasaba en cada parte de ese proceso.
  • La segunda va a ser una exposición sobre diseño de moda, de un diseñador que se llama Peter Expósito, que hace micro colecciones de 4-5 piezas.
  • La tercera es sobre arte, con Julieta Álvarez. Haremos una exposición con una colección de jarrones que está preparando.

Ruth Uve y el apoyo institucional del diseño español, a examen

Las instituciones no ven que el diseño es algo que pueda generar mucha industria. En cualquier otro país, como en Holanda, Suecia, Inglaterra, Italia, las instituciones ayudan a los estudios de diferentes formas: les pagan una producción, un stand o el viaje cuando salen fuera de sus fronteras. Nosotros no tenemos ningún tipo de apoyo económico. No son conscientes de que vendemos la marca España.

Para ir a la feria de diseño de Milán, que es un gran escaparate a nivel internacional, el ICEX, que es el organismo responsable de exportación, nos dijo que tenía ayudas, pero no para nosotros, sino para las empresas que ya tienen dinero.

Nosotros, los pequeños, nos tenemos que costear todo. Para nosotros es una apuesta fuerte y arriesgada. El simple hecho de ir a una feria como la de Milán nos cuesta, como mínimo, 3.000 euros. Esto hace inviable que podamos desarrollar otra colección más ese mismo año. Somos el único país de Europa con esta situación y cuando lo contamos a nuestros colegas diseñadores flipan.

El ICEX considera que tiene que apoyar las exportaciones de las empresas que ya están exportando. Y no se dan cuenta de que también hay que apoyar a las empresas pequeñas para que puedan crecer. No me creo que las instituciones no tengan ese dinero para un colectivo de diseñadores que está haciendo el trabajo que deberían hacer ellos. Que es llevar el diseño nacional, la gráfica, la comunicación y la imagen moderna del país a una feria que es importantísima a nivel de diseño. Es un curro que deberían hacer ellos. Ellos no lo hacen. Lo hacemos nosotros.

Al final, a los estudios nacionales nos cuesta competir con estudios de fuera porque de repente va un sueco con una pieza que le ha costado producir 1.500 euros y nosotros con otra mucho más barata porque estamos limitados o tenemos que darle muchas vueltas. Es importante que se entere todo el mundo de esta situación. A nivel de producción está demostrado que somos muy buenos diseñadores.

¿Cómo encontrar a Estudio Báltico?

Si quieres conocer de primera mano el trabajo de Ruth Uve, visita su web y sus redes sociales.

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