Marré Moerel, una artesana industrial muy visceral

Probablemente el mejor café del mundo no está en esa cafetería tan molona que acaba de abrir en la calle de la esquina de tu barrio. El mejor café del mundo está en el taller de la escultora y diseñadora industrial Marre Moerel (1966, Breda, Holanda), en calle de la Luna, 19, Madrid.
Nuestra protagonista es una diseñadora atípica. Su forma de mirar y entender el mundo surge precisamente de lo que no entiende. Trabaja sin un patrón previo. Antes que diseñar, modela con sus manos los “objetos encontrados”. Y si funciona, continua creando.
Uno de sus trabajos más icónicos, Food on the table, es una vajilla en porcelana que creó a partir de piezas de casquería que encontró, por casualidad, en los mercados: riñones, lenguas de cerdos, intestinos, pezuñas, … Está inspirado en la cultura española. El resultado es bestial. Charlamos con ella largo y tendido mientras disfrutamos de su café como Proust de su magdalena.

P. ¿Hay algo que te gustase hacer especialmente de pequeña?

R. Mi madre siempre me dijo que era una persona que tenía una atracción especial hacia la “basura”. Pero para mí lo que todos consideran basura son “objetos encontrados”... Y forman parte de mi trabajo.

P. ¿En Holanda hay una cultura más enraizada sobre el reciclaje?

R. En Holanda no se tiran las cosas. Es una cultura muy calvinista. Siempre me llamó la atención que cuando llegué a España no había tiendas de segunda mano. En Holanda hay personas que compran objetos antiguos solo porque le gusta la estética o el diseño de esa época.Existe una cultura que aprecia lo manual, lo hecho a mano.

P. ¿En qué se diferencia Holanda de España desde el punto de vista del diseño?

R. Siempre pienso que es una cosa geográfica. En Holanda no hay nada. Estamos debajo del agua. Y somos un país muy pequeño que lucha contra su propio entorno. La única forma de sobrevivir es reinventarse todo el tiempo.

Nos hemos visto obligados a buscar soluciones contra el mar, el clima, … Siempre estamos diseñando porque queremos mejorar, y lo necesitamos. Es obligatorio. El mar está subiendo, por lo que somos los mejores ingenieros contra el agua, como es el caso de los pueblos flotantes. Ocurre lo mismo con la luz. Por eso no tenemos cortinas en las casas.

En España todo es más fácil. El sol hace que todo crezca. Solo por el clima ya hace que pensemos diferente. Aquí lo tenemos todo. No hace falta mirar hacia fuera. También me gustan los trabajos silenciosos, que tienen algo cotidiano y a la vez sublime. Me impactan los trabajos en los que hay un juego con el lenguaje y donde el propio autor también se está cuestionando las limitaciones del propio medio.

P. Como buena holandesa, has viajado y vivido en diferentes países, como Inglaterra, EE.UU. y España. ¿Qué te han aportado cada uno de estos lugares desde el punto de vista artístico?

R. Todo. El entorno es muy importante en mi trabajo, igual que ocurre con los “objetos encontrados”. La basura es una exposición de la gente local, de lo que somos. Habla de nosotros, de nuestra cultura y de nuestra forma de vivir.

Cada país me inspira sobre temas locales. Por ejemplo, Biology es un trabajo que realicé en Nueva York sobre la sangre y las células; Caos sobre cómo crecen las moléculas; Food on the table, la colección de vajillas nacida de las vísceras, está inspirada en la cultura española y su comida. Trato temas que no entiendo e investigo.

No entiendo la biología de una persona. Ocurre igual con las vísceras. Me dan mucho asco y quiero entenderlas. ¿Cómo se puede mostrar un cerdo colgado en una carnicería y que además queramos comerlo? En España todo se muestra, está a la vista, al contrario que en Holanda, donde la comida se presenta en bandejas, en las que apenas se aprecia la procedencia de cada pieza del animal.

“Moerel nunca había visto ni la lengua, ni el cerebro de un animal para su consumo. La primera vez que vio las vísceras de un animal despiezado, le horrorizó. Fue una experiencia impactante y fuerte. Pero pronto cayó en la cuenta de que también era algo hermoso, capaz de describirnos: somos lo que comemos”.

P. Y exactamente ¿cómo surge exactamente Food on the table?

R. Food on the table está inspirado en mis viajes y en mi forma de ver la basura, los desechos. Para mí es interesante observar cómo se relacionan las diferentes culturas con la comida. Y los mercados son una expresión económica y sociológica de nuestro entorno. ¿Qué comemos? ¿Cómo tratamos los productos? Esto es algo que me fascina.

Si vas a un supermercado en la India es muy diferente de uno en Holanda. Aquí nunca ves un pescado o animal porque está cortado, despiezado y en bandejas. En Holanda no se puede mostrar el animal porque no es higiénico, y además está prohibido. Aquí es algo normal. En Holanda no se comen vísceras. Aquí es algo cultural.

Un día visitando el Mercado de los Mostenses (Madrid) vi la casquería. Me impactó. Al principio me dio mucho asco, pero al mismo tiempo pensé que era algo bonito. Es un reflejo de lo que somos. Somos lo que comemos. Orgánicamente somos igual que los cerdos. Y hoy en día lo olvidamos. Y no queremos enseñarlo. Entonces surgió la idea de convertir un objeto a partir de otro.

La vajilla está realizada con la forma de intestinos, corazones y lenguas de vaca. Hay muchas capas en este sentido. Primero es el reconocimiento de un objeto, como bonito. El objeto original se ve, pero no se nota. Lo enseñas de otra manera. Tienes otra relación con él. Y segundo, el diseño de la pieza y el proceso de experimentación, ya que están creados a partir del órgano original.

P. No debe de ser fácil trabajar con órganos que apenas tienen consistencia. Cómo es este proceso…

R. Hacer los moldes fue un proceso complicado y la parte de experimentación es muy importante.

  • Primero selecciono una pieza y empiezo a investigar. Si se trata de un órgano, la sangre puede manchar el material y echar por tierra el yeso. Para ello dejo las piezas en agua con sal y luego las congelo. Pero la capa de hielo también destruye la textura…
  • Cuando el yeso lleva tiempo, la pieza se empieza a descongelar. Muchas veces abres el molde y el interior está cocinado. Huele mal. Entonces hay que poner la pieza congelada muy rápido y sacar la otra parte del molde con la misma rapidez.
  • No todos los órganos tienen la misma complicación. Por ejemplo, las patas de vaca son más rígidas, pero pueden doblarse durante el proceso. Esto es algo que solo descubres cuando trabajas con las piezas.
  • Cuando el molde está seco, empiezo a trabajar con las piezas. En este sentido no soy una diseñadora al uso. Trabajo conmigo. Observo el material, la comida y veo qué es lo qué pasa. Experimento.
  • Después lijo las piezas, las horneo y empieza el proceso de esmaltar y hornear de nuevo. Y listo para embalar.

P. Explícanos un poco cuál es el resultado. ¿Qué tipo de objetos podemos encontrar?  

R. Hay dos colecciones. Una para la cocina, de barro negro y rojo. Son objetos más crudos. Y otra colección para la mesa. Están hechos en porcelana, a pesar de que inicialmente utilicé la cerámica. La porcelana es mucho mas fuerte, pero encoge un 20% el tamaño. Las piezas originales pierden su tamaño real pero también presentan un aspecto más crudo. El resultado es muy orgánico. Algunos de los objetos de la vajilla Food on the table son:

  • Intestino: es una jarra para el vino horizontal. Este objeto surgió de forma espontánea. Me gusta la idea de crear algo sin diseñar previamente. En este proceso surge un objeto diferente, con una predisposición distinta a la que estamos acostumbrados. Por ejemplo, una jarra para el vino horizontal en lugar de vertical. Sin preverlo es la medida exacta para cuatro vasos de vino.
  • Testículos: Como se mueven mucho, decidí que eran perfectos para la sal y la pimienta.
  • Corazones de vaca: Son boles para sopas, consomés,…
  • Corazones de cerdo: Es una aceitera.
  • Pezuñas: Son contenedores para guardar lentejas.
  • Riñón: Son platos para postre. Estéticamente son como esculturas.
  • Lengua de vaca: Son tapas para vasos a las que he añadido la rugosidad de las papilas gustativas.
  • Hígado: Es una pieza enorme que está bien para mantener las cosas calientes.
“Moerel tiene la capacidad de convertir algo brutal, como la casquería, en una pieza minimalista. Blanca. Pura. Sin pretensiones”.

P. ¿Qué crees que es más importante en un objeto: su función estética o su utilidad?

R. Depende de para qué compres el objeto. Si yo compro un móvil, quiero que sea funcional. Sin embargo, para mí misma no quiero que algo sea funcional.

Yo vendo lámparas, pero no tanto como función, sino como objeto. Esto es algo muy personal. Utilizo la luz como un material.

Al final todo lo que hago, lo hago para mí porque me mola hacerlo. Y si alguien lo quiere… perfecto.

Tengo un punto de vista más de escultora que de diseñador industrial. Lo que yo llamo: artesanía industrial.

P. En los últimos años vivimos un reconocimiento del valor de lo hecho a mano. Al menos yo tengo esa sensación. Estamos recuperando algunas tradiciones artesanas olvidadas. ¿Qué es lo que te aporta a ti la artesanía frente a otros modos de producción?

Hay una persona detrás de cada objeto, y lo notas. Por ejemplo, con la impresión 3D se pueden realizar formas increíbles que no se pueden hacer a mano. Son preciosas, pero por un momento. Cuando eres consciente, piensas que detrás existe una máquina y para mí pierde el valor.

En los procesos artesanales puedes percibir la interacción de una persona y sentir su amor por el trabajo porque la persona que lo realiza te está transmitiendo su ser. Y esta es la parte más importante. La artesanía va un paso más allá. Te gusta lo que haces.

P. Quizás no hay ese corazón en las máquinas…

Para mí la artesanía existe porque uno disfruta del trabajo… Yo creo que los productos industriales están hechos para los negocios. Y la artesanía para las personas. Tiene el valor de haber sido producida con las manos…

P. El diseñador industrial Miguel Milá señala que “si el objeto es útil, te utilizará…” ¿Qué piensas tú?

Para mí la función emocional es igual de importante que su utilidad.

Pero yo le doy más importancia a la primera, al aspecto emocional.

¿Cómo es el proceso de investigación de Marré Moerel?

Para realizar la colección Food on the table, Marré realizó un proceso de investigación que se inició en los mercados de abastos de Madrid. Una vez seleccionadas las piezas, empezó a trabajar con ellas, probando diferentes procesos hasta conseguir el resultado final.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

¿Cómo encontrar a Marré Moerel?

Si quieres conocer de primera mano el trabajo de Marré Moerel, visita su web .

* Todas las fotografías pertenecen a Marre Moerel

Sin comentarios

Publicar un comentario

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies